Descubriendo mundo (roll privado)

Rash se empezó acercar y Leiza se asustó tanto que empezó a temblar.

*-Desgraciadamente sí le conozco, él fue una vez mi hermano- dije serio*

En eso Rash empezó a decirme asesino y yo me sorprendí, vi que tenía sacadas las garras, por lo que sabía que estaba buscando pelea.

*-Rash, aquello fue un accidente, fue su culpa, no mía- dije*

Pero él no atendía a razones y me temo que iba a comenzar una lucha entre nosotros, por lo que mire de reojo a Leiza con una mirada triste y llena de preocupación.

*-Cariño, escóndete y no salgas hasta que yo te llame- le susurré al oído*

Inmediatamente obedeci,salí de upendi y corri tratando de buscar un lugar para esconderme,cunado a lo lejos vi a una leona...me quede elada,me acerque lentamente,hacia ella cuando estuve demasiado cerca

*NOOOO!* Grite aterrada...mi grito de seguro se escucho hasta upendi. Me acosté aun lado de la leona sin vida y comenze a llorar angustiosamente

Después de que Leiza se marchara me sentí más aliviado, por varias razones, la primera es que sabía que ella no iba a salir herida y la segunda es que no iba a averiguar la parte oscura de mi pasado.

-Rash, la verdad es que tu amigo se lo tenía bien merecido- dije- Intentar matar a alguien que te supera en todos los sentidos no está bien

Eso enfureció a Rash y los dos empezamos a luchar, yo intentaba jugar limpio, aunque le colaba algún truco, pero él luchaba sucio todo el tiempo.

-Me sorprende que tu padre no te haya regañado por luchar sucio- dije- Si te viera diría que eres una deshonra, los reyes no pueden luchar así

En eso él esbozó una siniestra sonrisa y me dijo que había muerto, se lo había camuflado a los demás diciendo que murió intentando salvar a un súbdito suyo que era un cachorrillo, pero en realidad lo mató él, yo me quedé de piedra, no pensaba que fuera tan mal tipo.

-No me caía bien, pero vas a pagar por lo que has hecho- dije mostrando mis dientes

En eso me siguió contando más cosas, cómo que se casó y mató a su esposa hace nada en las cercanías del Upendi de Leiza y mío, y de que les había hecho la vida imposible tanto a las leonas como al resto de animales de Mountain Lands.

-¿Cómo has podido?- pregunté aterrorizado

Solo recibí una siniestra sonrisa y un rostro que me aterró, parecía que estaba loco, no se por qué, pero algo lo volvió loco. Me pilló desprevenido y me dio un zarpazo con las garras extendidas, me dolió bastante, tanto que no pude abrir el ojo. En eso me terminé de enfurecer y contraataqué, no le di ni un respiro, ya cuando me quedé sin aliento comprobé que ya no respiraba, por lo que mostré una sonrisa de alivio. Pero esa sonrisa se esfumó cuando oí que alguien gritaba, rápidamente supe que Leiza, así que veloz como el rayo fui hacia el lugar de donde creí que venía el grito.

-¡Leiza!, ¿dónde estás?, ¿estás bien?, ¿qué ha pasado?, ¿por qué has gritado?- dije preocupado

Vi a shirl acercarse,entonces corría a su encuentro lo abraze, me quede elada cuando vi su ojo

*no puede ser que te ah pasado en el ojo?*
le pregunte muy preocupada *estas bien,puedes abrirlo*
Después de verle hecho esas preguntas lo guie hacia la leona que fue matad violentamente...

-No te preocupes por mi ojo y de momento no puedo abrirlo- dije mientras la seguía

Leiza me llevó a un lugar donde había una leona tirada en el suelo y comprobé, horrorizado, que estaba muerta. En eso recordé las palabras de Rash, por lo que supuse que sería su esposa, así que me senté a su lado y la acaricié.

-Te pido perdón por lo que te ha hecho Rash- dije sinceramente- Él ya no volverá a hacer nada así nunca más, por lo que puedes descansar en paz

Después decir eso me levanté y me acerqué a Leiza, casi tropiezo, pero por suerte no me caí, al llegar a su lado la acaricié.

-Menos mal que estás a salvo- dije- Será mejor que nos vayamos de aquí

Y me puse a caminar, me sentí un poco mareado, pero sabía que era por el ojo, de repente recordé otras palabras de Rash, por lo que me comía la intriga de saber si era cierto que les había hecho la vida imposible a mi antigua manada.

-Oye Leiza, ¿te importa que vayamos a Mountain Lands?, hay algo que quiero averiguar- dije serio

*no al contrario... Estaré contigo siempre. Siempre tendrás mi apoyo eso te lo aseguro*
Le dije mientras lo acariciaba bueno ahora tu eres el guía. Dije tratando de levantar tantito el ánimos de la tensión que nos sumergia

-Gracias- dije sonriendo

Tras decir eso nos pusimos de camino a Mountain Lands, pero como estaba algo lejos sabía que íbamos a tardar más de un día. En eso empezaba a anochecer, por lo que decidí refugiarnos en una cueva.

-Mañana continuaremos con nuestro camino- dije- Pero antes, creo que hay algo que debes saber con respecto a mi pasado

Tras decir eso tragué saliva, la verdad es que estaba algo nervioso, pero tenía que decírselo ya que podrían contárselo allí y prefería que lo supiera por mí.

-Verás, como te dije antes siempre fui despreciado por mi manada por tener nariz de pridelander y melena verde, pero todo fue a peor cuando el mejor amigo de Rash, ya siendo adultos, vino a meterse conmigo a mi roca- dije- Yo me enfadé y acabamos luchando, la pelea acabó con su muerte, la verdad, me alegré un montón al saber que nunca más iba a molestarme, pero me entristecí al ver que había matado al mejor amigo de Rash, en eso llegaron él, mi padre y algunos más de la manada que al ver esa escena me tacharon de asesino, mi padre se decepcionó y Rash me desterró
-Si regreso a Mountain Lands es porque quiero averiguar si lo que me dijo Rash mientras peleábamos era cierto- dije- Me contó que mató a nuestro padre y que les había hecho pasar un infierno, por lo que quiero ver por mis propios ojos si es cierto para saber si hay algo en lo que pueda ayudar

quede sorprendida ante todo lo que me estaba contando me puse a su lado mientras hablaba le acariciaba...

*Tranquilo tu no eres un asesino,estoy segura de ello, shiro si pensaba que tu pasado me iba a apartar de ti estas equivocado, me gustan mucho los leones que se defienden oh que buscan la paz.para mi tue eres eso un león que busco su tranquilidad, y la verdad me parece bien que quieras regresar a tu antigua manada para averiguar lo que paso, estas afrontando tu pasado y es otra cosa por lo que me gustas.*

Me acosté para poder dormir un poco.

*no vas a dormir, debes estar muy cansado después de la pelea entre tu hermano y tu*
Le regale una sonrisa...y me acoste

-Sí, ahora voy a domir- dije aguantando las lágrimas

Una vez comprobé que Leiza se había dormido, las lágrimas empezaron a brotar, la verdad es que estaba muy contento de poder encontrar a alguien como ella, seguro que si hubiera sido otra leona me hubiera abandonado, tuve mucha suerte de encontrarla precisamente a ella, en eso me acosté a su lado y le susurré al oído antes de dormirme.

-Te lo agradezco mucho- dije- Y te quiero más que a nada en este mundo, si algo te pasara no sé qué haría

Después le di un beso y me quedé profundamente dormido.

Amaneció y cuando los rayos del sol me dieron en la cara.desperte vi que shiro seguía durmiendo asi que decidi salir a cazar por mi cuenta.
No muy lejos de hay había un pequeño grupo de antilopes asi que puse en practica todo lo que aprendi. Después mucho esfuerzo. Regrese a casa con el antílope cargando

Cuando me desperté vi que Leiza no estaba, casi me da un infarto e iba a salir a buscarla, cuando de repente veo que trae un antílope, por lo que no pude evitar sonreír.

-Vaya, parece que ya puedes cazar- dije- Será mejor que comamos, nos espera un largo día

Tras decir eso empecé a comer, entre los dos nos acabamos rápidamente el antílope, después fuimos a beber agua y proseguimos nuestro viaje, por el camino le iba contando cosas del reino, la mayoría eran tristes, pero solo porque eran cuando vivía con la manada, porque cuando me independicé las cosas empezaron a irme mejor hasta que pasó aquello. Justo cuando empezaba a anochecer otra vez llegamos a Mountain Lands.

-Llegamos- dije tragando saliva
-Está diferente a como lo recordaba- dije sorprendido

Pues pude comprobar que lo que dijo Rash era cierto, había destrozado el reino.

-Vamos a ir a donde viven los leones- dije- No te separes de mí, esta zona suele ser algo peligrosa

me conto muchas cosas del reino entonces shiro es un príncipe?

*tranquilo no pienso separarme de ti, pero valla que si esta destrozado.costara mucho trabajo que vuelva a florecer no crees?,shiro*

Lo seguí. A cada paso que dabamos había arboles rotos estaba muy destrozado o eso nos hizo la noche

-Puede que cueste trabajo, pero a veces lo que viene después crece más fuerte que las generaciones pasadas- dije

Estaba claro que se nos hizo de noche, pero por suerte llegamos a donde vivían los leones, era en una gran cueva con una fácil accesibilidad, al entrar vi que todos los leones estaban bastante delgados.

-Parece que no hubieran comido en años- dije sorprendido

De repente se levantó una leona y se acercó a nosotros, pero cuando me vio la cara regresó aterrorizada y gritando que era el asesino, al oír eso las demás se levantaron y se pusieron en posición de ataque, aunque se veía que les temblaban las patas.

-No soy ningún asesino, ¿cuántas veces tengo que decirlo?- dije- Ya me cansan, están peor que los loros
-Además, no creo que tengáis mucho derecho a decir que yo soy un asesino mientras que Rash ha estado destrozando el reino- dije serio

Tras decir eso las leonas se sorprendieron y cayeron al suelo.

-Parece que estáis muy débiles- dije- Ayer me topé con Rash, me contó todo lo que había pasado y me atacó, también me dijo que había matado a su esposa, después de luchar y de ganar, comprobé que era cierto, pues mi novia encontró a su esposa muerta
-Si he venido aquí es porque quería ayudaros- dije- Ya que Mountain Lands es donde yo nací y porque yo no soy como vosotros, no os desprecio por todo lo que me hicisteis

Después de decir eso, un león bastante viejo salió de entre todas las leonas, pude comprobar que era mi padre, pero como pensaba que estaba muerto me sorprendí bastante.

-Pensé que estabas muerto, Rash me dijo que te había matado- dije sorprendido

Me sorprendí era su padre no había duda alguna me le quede viendo a las leonas parece que shiro tenia razón no habían comido desde hace mucho tambien vi a un cachorro estaba muy débil y estaba llorando, me acerque tratando de no asustarlo cuando estaba cerca,

*hola pequeño,no temas no te are daño,todo lo contrario te voy a ayudar*
se me quedo viendo igual que las leonas ue estaban cerca del cachorro,y supuse que era por mi pelaje solo voltee a ver a shiro

*debemos ayudarlo* le dije con una voz tierna

-Tienes razón Leiza, les ayudaremos- dije- ¿Hay más cachorros?

No obtuve respuesta, por lo que iba a preguntar otra vez, pero en eso mi padre se acercó a mí y negó con la cabeza, me sentí aliviado al saber que ese era el único.

-Por cierto, no he visto a ninguna manada, ¿acaso han huído?- dije

Mi padre asintió con la cabeza, en eso me pregunté por qué no hablaba y decidí preguntárselo.

-Oe, ¿por qué no puedes hablar?- dije intrigado

A lo que me respondió que era para reservar fuerzas, en eso asentí, ahora lo comprendía.

-Bien, ahora vuelvo- dije- Leiza, quédate con ellos

Tras decir eso me marché en busca de algo que cazar, así que iba a tener que alejarme algo, pero como era de noche tenía que tener cuidado.

Ojala tengas suerte shiro me senté viendo la oscuridad,no podía creer que estaba sola con la familia de shiro eso me puso algo nerviosa entonces el cachorro se me acerco y me pregunto por que estaba con un asesino?, quede impactada ante la pregunta

*el no es un asesino,no tienes por que tenerle miedo el...es todo un guardián...el los ayudara a todos a que el reino vuelva a florecer y yo lo ayudare*

en eso empezó a llover y me preocupe por shiro

*shiro...*

Estaba cansado, me había recorrido todo el reino pero no había visto nada que cazar, de repente empezó a llover, eso no ayudaba mucho.

-Muchas gracias madre naturaleza, ¿no había otro momento que este para hacer que llueva?- dije molesto

En fin, dejé mi ira con la naturaleza y proseguí mi búsqueda, en eso hallo una manada de búfalos, que suerte, con dos o tres podría alimentar a toda la manada, el problema es que eran muy violentos, pero no me quedó de otra. Me agazapé, me puse contraviento y lentamente me acerqué, cuando estuve cerca de uno me lancé a por él, tras pelear un poco acabó cayendo y así con dos más. Al acabar estaba más cansado que antes, y de solo pensar que tenía que llevar a tres gigantescos búfalos yo solo me daba algo. En eso vi que había unas lianas, por suerte no estaban secas, trepé al árbol, las corté y se las até a los búfalos.

-Bueno, la parte positiva es que por lo menos haré ejercicio, si no me hago más fuerte llevando tres búfalos no me haré fuerte con nada- dije riéndome

Después de ese momento de humor empecé a tirar de los búfalos, me costó horrores pero por fin nos movíamos. Tras varias horas de duro esfuerzo logré llegar a la cueva de los leones, al entrar éstos se sorprendieron de que trajera tres grandes búfalos.

-Aquí tienen, con esto recuperarán algo de fuerzas- dije- Pero ahora el que necesita reponerlas soy yo

Tras decir eso me eché en el suelo, estaba tan molido que me dormí sin darme cuenta.

Me alegre demasiado ver que lo había conseguido me acerque a el lo bese y le susurre al oído

*eres un heroe*

Me senté a su lado contemplado a la manada de leones comiendo y me alegre ver que uno de ellos en especial estaba comiendo y ese era el cachorro.
Sonrei feliz

Al día siguiente, cuando me desperté pude ver que se habían acabado los tres búfalos, sabía que tenían hambre, pero eso fue una exageración, en eso vi que Leiza estaba a mi lado, la acaricié y le di un beso. De repente vi que alguien se despertaba, era mi padre, éste me hizo un gesto y lo seguí hacia afuera. En eso nos pusimos a hablar, nunca antes me había hablado sobre mi madre y ese día lo hizo, me sorprendí bastante y escuché de él cómo era ella, por fin averigüé varias cosas sobre que no sabía como que mi personalidad, nariz y melena venían de ella.

-¿Por qué me cuentas esto ahora?- pregunté
-Tendrías que haberlo hecho antes- dije- También te tendrías que haber preocupado de mí antes, ¿qué estabas haciendo cuando te necesitaba?, ¿qué hacías cuando pedía ayuda porque no paraban de meterse conmigo?

Mi padre lo único que hizo fue agachar la cabeza y pedirme perdón, nunca antes se había comportado así conmigo, siempre había sido frío y distante, pero aquella vez no, lo sentí muy cercano y cálido, en eso me dio una abrazo y se disculpó otra vez, me dijo que si pudiera cambiar el pasado lo cambiaría, pero lo que cambiaría su boda, me dijo que a él le hubiera gustado casarse con mi madre, puesto que a quien amaba era a ella y no a su esposa. Me siguió revelando cosas hasta que llegó un momento en donde no pude más y lloré de la emoción.

-Debiste contármelo antes- dije secándome las lágrimas

En eso me dio otro abrazo y me dijo que él no me consideraba un asesino, él sabía que la culpa había sido del amigo de Rash y no mía, solo que estaba decepcionado porque lo había matado y porque sabía lo que Rash iba a hacer a continuación, también me dijo una cosa que me impactó mucho más que el resto, me dijo que ahora yo era el rey.

-¿Estás bromeando?, yo no soy el rey, simplemente soy el desliz que tuviste con otra leona, no tengo derecho a ser el rey- dije

Mi padre negó la cabeza y siguió diciendo que tenía que ser yo el rey.

Un poco lejos de la cueva de los leones el cahorro me pidió que le enseñara a cazar y yo acceso con mucho gusto. Después de verle dado clases anochecio y regresamos a la cueva pero en el camino escuchamos un rugido sonaba muy amenazante le dije al cachorro que se pusiera detrás de mi entonces un león me ataco y yo me defendi pero con cada golpe que me daba me lastimaba hasta que ya no puede mas y caí rendida el león se me acercaba y yo lo único que hize fue

*SHIRO* Grite con la esperanza de que fuera a ayudarme el cachorro supongo que se fue

Pasé el día con mi padre, al final me convenció, no se cómo lo hizo pero accedí a ser el rey. Era ya de noche cuando oí mi nombre, alguien me llamaba a gritos, me metí dentro de la cueva y vi que Leiza no estaba, así que supuse que quien me llamaba era ella, casi me da un infarto e iba a ir a por ella cuando apareció un cachorro, éste se acercó muy tímidamente hacia a mí y me dijo que Leiza estaba siendo atacada por un león, sin siquiera darme cuenta que mi padre y la manada me seguían corrí hacia donde me dijo el pequeño. Al llegar rugí con todas mis fuerzas y empecé a luchar contra aquel león, éste se aprovechó de que no podía ver por mi ojo izquierdo y siempre me atacaba por ese lado, pero al final mi inteligencia y fuerza lo pusieron bajo mis patas. La manada se sorprendió de que pudiera yo solo contra él.

-¿Cómo te has atrevido a herir a mi novia?, lo pagarás caro- dije mostrando mis dientes

En eso me sonó su rostro, creí que lo había visto en algún lado, pero no recordaba donde.

-Bueno, por el momento te dejaré marchar, pero no quiero que te vuelvas a acercar a ella, como lo hagas juro que te mataré- dije serio y enfadado- Y para que recuerdes que no es un farol, te voy a dejar una marca de ello

Tras decir eso extendí mis garras y le dejé una buena cicatriz en la cara que recordaría para siempre, ya que recorría todo su rostro. Después lo dejé libre y se marchó, rápidamente me acerqué a Leiza y me senté a su lado.

-Padre, ¿dónde la puedo llevar?- dije preocupado

Él me dijo que le siguiera y eso hice, al cabo de un rato llegamos a un Baobad, allí vivía una chamán, ella fue la encargada de curar a Leiza, mientras yo estaba abajo muy preocupado por ella.

Me dolia todo mi cuerpo, estaba muy cansada

*shi...ro*
Dije en voz baja, entonces una chaman se me acerco y me dijo que todo estaría bien y que enseguida le hablaría a shiro.

Mientras ella iba a hablarle me sentía tan agotada como nunca, esperaba que el cachorro estuviera bien y que shiro tambien lo este. Cerre por un momento los ojos cuando...

Yo estaba abajo dandole vueltas al Baobad, como siguiera así iba a hacerle un surco, en eso la chamán se asomó y me dijo que había despertado, rápidamente trepé el árbol y me puse a su lado, vi que tenía los ojos cerrados, algunas lágrimas rebeldes rodaron por mis mejillas para acabar en las de Leiza, en eso le di un beso.

-Me tenías muy preocupado- dije llorando de felidad

En eso la chamán se puso a nuestro lado y al mirarme y verme así el ojo me dijo que si me lo curaba, por lo que le dije que sí y me lo curó, también me dijo que había perdido la visión por ese ojo y que lo que fuera que me hubiera hecho perder la visión debió de ser bastante fuerte.

escuche lo que la chaman le dijo a shiro me desperte preocupada por lo que habia oido...

shiro, estas bien, que paso con el leon que me ataco? y el pequeño?, y como lo siento por lo de tu ojo


en lo ultimo que le mencione baje la cabeza, estaba muy preocupada por el, intente pararme pero la chaman me detuvo


Gracias por verme salvado te debo mi vida 


le regale una calida sonrisa

-No hay de qué- dije sonriendo- Y no te preocupes por el pequeño, está bien, no tiene ningún rasguño
-Y en cuanto al león que te atacó le di una buena paliza y se largó con una grandísima cicatriz en toda la cara para que sepa que no tiene que volver a molestarte- dije

Tras decir eso le di un cálido abrazo, me encantaba estar con ella y la sola idea de que podía perderla hacía que mi corazón se hiciera mil pedazos. En eso la chamán nos dijo que tendría que estar al menos esa noche allí, por lo que asentí y fui a avisar a los demás de que regresaran sin nosotros. Al volver me senté al lado de Leiza.

-Querida, tengo algo que contarte- dije- Tras mucho insistir, mi padre me ha convencido para que yo fuera el próximo rey de Mountain Lands
-Y yo me preguntaba si...tú...quisieras...ser...la...reina- dije mientras me ponía más y más rojo