Descubriendo mundo 2 (roll privado)

-Entiendo- dije apenado

Aunque no la conocía, lo que dijo hizo que se me partiera el alma, de repente una avalancha de recuerdos vino a mi mente, eran demasiados y me saturaron, por lo que caí inconsciente al suelo.

Vi como shiro se desplomaba en el suelo

*shiro!?*

De la nada empieza a temblar otra vez, pense. No lo dude aleje a shiro de la cueva por que las rocas caían muy cerca de nostros, cuando lo aleje y estábamos a salvo

*shiro?, despierta por favor?!*

Entonces el temblor siguió tanto que un árbol no muy grande me calo encima yo grite de dolor

Me desperté algo entumecido, me dolía la cabeza de tantos recuerdos que vinieron a mi mente, ahora lograba recordar todo y me asusté terriblemente al ver a Leiza así, haciendo caso omiso al dolor de la pata me levanté y usando una fuerza descomunal quité el árbol de encima de Leiza y me eché a su lado.

-¡Leiza, Leiza!, ¿estás bien?- dije angustiado- ¡Sarah, ven rápido!

Sarah vino lo más rápido que pudo y se puso a curar a Leiza.

-Aguanta, amada mía- dije acariciándola mientras rodaban unas lágrimas por mis mejillas- Todo saldrá bien

Sentia como todo se veia muy borroso temia que ese fuera el ultimo dia. En el fondo rogaba por que estuviera bien pero la realidad...

*ah, sarah...estaré bien?*

Sara solo me miro, yo sentia mucho dolor en el cuerpo tenia miedo de no sobrevivir

-Aguanta Leiza, ahora que he recuperado la memoria no puedo perderte- dije triste
-Sarah, dime que todo está bien, dime que se salvará- dije angustiado

En eso Sarah me hizo una seña para que la siguiera, pero no podía por dos razones: la primera era que quería estar con Leiza y la segunda era por la pata mala. Entonces le dijo a Kawa que me cargara, me alejó de Leiza y se marchó, ahora que estábamos solos Sarah me contó que no conocía de nadie que se salvara tras caersele un árbol encima.

-¿Qué?, eso no puede ser, debe de haber algo- dije angustiado- ¡Haré lo que sea!

En eso se puso a pensar y dijo que podría haber algo, me dijo que había un remedio que lo cura todo, pero que solo sabía que se encontraba en lo más profundo de la galería de túneles, pero ahora que la entrada estaba tapiada no había manera de entrar.

-La entrada principal sí, pero el resto no sabemos como están- dije- Hay más de una entrada, déjamelo a mí

Pero ella me dijo que estaba herido y yo le dije que no me importaba sacrificarme por ella, tras decir eso iba a levantarme para irme, pero antes de nada Sarah me dio una cosa para que me lo tomara, me dijo que era lo que le quedaba de una mecida que hizo con la planta medicinal que lo curaba todo, pero también me dijo que con lo poco que le quedaba no sería suficiente para Leiza, aunque sí para curar mi pata. Yo asentí y me lo tomé, estaba asqueroso, pero noté los resultados, la pata ya no me dolía para nada.

-Esa planta es milagrosa, de eso no cabe la menor duda- dije- Bueno, Sarah, te quiero la lado de mi mujer y no la dejes sola en ningún momento, yo voy a buscar esa medicina

Tras decir eso salí corriendo lo más rápido que pude, vi que la entrada de los antílopes estaba abierta y entré por allí, me recorrí los túneles a una velocidad de vértigo.

Empezaba a costarme el respirar pues el árbol me había caído donde el estomago. Empece a respirar agitadamente

*sarah, dile a shiro que lo amo y a toda mi familia*

Cerre los ojo y segui respirando agitadamente.

Tras recorrerme los túneles a una velocidad más rápida que la luz, llegué a mi destino, frené tal de golpe que me estrellé contra la pared, pero no tenía tiempo que perder, una vez allí busqué la hierba medicinal y para mi sorpresa había un montón de hierbas diferentes y Sarah ni siquiera me dijo como era, por suerte recordaba el sabor, así que fui probándolas. Fue lo más asqueroso que comí, tras probar varias di con la buena, la cogí y emprendí mi veloz carrera hacia donde estaban ellos. No tardé mucho, al llegar le di la planta y ella tivo que darme algo para que no se me saliera el corazón. En eso me eché al ldo de Leiza, posé una pata sobre su lomo muy delicadamente para abrazarla, mientras Sarah le dio la medicina.

*-Cariño, ¿cómo te encuentras?- dije preocupado*

En eso los niños se me acercaron, vi como dudaban en preguntármelo, ya que no sabían si los recordaba, ante sus caras de incertidumbre yo mostré una sincera sonrisa.

*-No os preocupéis, vuestra madre estará bien- dije- Y vuestro padre y abuelo recuperó la memoria, así que no dudéis en preguntarme*

Tras decir eso todos fueron a abrazarme y yo se los devolví con la otra pata, ya que una estaba ocupada.

escuche como toda mi familia llegaba, abri los ojos pero sin despegar la cabeza del suelo hable

shiro...no me siento bien, si algo pasa...

no pude terminar mi oración por que empece a toser temía que este accidente terminara con migo

Rápidamente me dejé de abrazar a los demás y me centré solo en Leiza, en eso le dirigí una mirada de pocos amigos a Sarah, quien supo que estaba así porque le estaba preguntando con la mirada como era que no funcionaba la planta si conmigo funcionó, a lo que ella respondió que no tenía ni idea.

-Leiza, no digas nada- dije acariciándola- Te pondrás bien, te lo prometo, no dejaré que te pase nada y mucho menos que no puedas ver crecer a nuestros hijos y nietos

*shiro...*
Me acoste y lo mire, me sentia muy débil lo único que quiero es estar von el y los demas hasta el fin del mundo.

-Leiza- dije

En eso suspiré, respiré profundamente y mientras la acariciaba decidí cantarle algo.

-Hasta el final del mundo,
tendrás mi corazón,
por lejos que tú estés de mí,
no habrá separación.
Hasta el final del mundo,
mi luz te guiará,
si pienso en ti ya estoy en donde estás.
Aunque levanten murallas
no nos podrán separar,
nuestro futuro ya acaba, de empezar- canté
-Espero que te haya gustado, mi vida- dije con algunas lágrimas rodando por mis mejillas

En eso Sarah se puso a inspeccionar la flor, ya que no entendía por qué no había funcionado y se sorprendió, se acercó a mí y me dio con el bastón.

-¡Oe!, ¿qué pasa?- dije molesto

Ella me dijo enfadada que esa no era la flor que me pidió.

-¿Cómo?, pues podrías haberme dicho como era- dije molesto

Ahí tuve razón, pero me dijo que no quedaba tiempo, si iba ahora no iba a llegar a tiempo. Al oír aquellas palabras noté como mi corazón se desgarraba y se rompía en mil pedazos. De repente apareció un topo, lo miré de reojo y vi que me buscaba a mí, al acercarme a él éste me arreó. Iba a preguntarle cómo se atrevía, pero me dijo que destruí su pequeño jardín y que podría haberle preguntado en lugar de ir probando flores.

-Pues perdón, pero no sabía que era tuyo- dije- Pensaba que no era de nadie, estaba buscando una planta...

No me dejó terminar, porque de repente sacó una planta que Sarah reconoció de inmediato, era la verdadera planta que necesita, así que se lo agradeció e inmediatamente se puso a hacer la medicina.

-Tranquila mi vida- dije- Ahora cuando Sarah te de la medicina vas a ponerte bien, yo soy un claro ejemplo de ello, ya que antes no podía moverme por mi pata rota y ahora la tengo curada tras tomarme esa planta

Con una voz muy delicada le dije

*es her...mosa, esa canción*

Le regale un sonrisa, que me hizo sentir muy débil, comenze a respirar muy agotadamente.

*nose cuanto mas pueda aguantar*

Entonces sarah me acaricio la cabeza y me dio la medicina, yo la tome, sabia horrible entonces cerre los ojo y senti como la medicina iba haciendo efecto

A Leiza le gustó mi canción, aquello me hizo feliz. En eso Sarah le dio la medicina y solo recé porque funcionara.

-Leiza, ¿cómo te encuentras?- dije preocupado

De repente oí un ruido muy familiar, era un disparo, me giré rápidamente para ver si todos estaban bien y me alivié al ver que nadie estaba herido, pero al ver la cara de Nyota me traspuse.

-Nyota, ¿a qué viene esa cara?- dije empezando a preocuparme

En eso Nyota se puso a llorar y gritar: "No otra vez", al decir eso inspeccioné mi cuerpo, de repente empecé a sentirme más débil. En eso encuentro la herida, me había disparado a mí, me llevé la pata a la boca y tosí, cuando la miré estaba llena de sangre.

-No puede ser, no puedo morir otra vez, no ahora que Leiza ha superado esto- dije- No la puedo abandonar, no los puedo abandonar

Tras decir eso cerré los ojos y cuando los volví abrir desprendían una mirada llena de odio. Me levanté y empecé a correr hacia donde vino el disparo. Oí más disparos y noté cómo me daban, pero no les di importancia alguna, al llegar me abalancé sobre los humanos y los vencí. Después me desplomé en el suelo.

-¿Será este mi fin?, imposible, no voy a dejar que sea así- dije- ¡No lo será!

Justo después de decir eso, una fuerte luz me cegó y al abrir los ojos me vi en otro lugar.

-¿Dónde estoy?- pregunté

En eso apareció un león de melena plateada y pelaje dorado, su increíble presencia me obligaba a hacerle una reverencia, así que decidí hacerla, cosa que le resultó gracioso y dijo que no hacía falta.

-Dime, ¿quién eres?- dije

Aquello que dije hizo que se riera más aún, cuando logró calmarse me dijo que se llamaba Ahieu, en eso me rasqué la cabeza, me sonaba ese nombre. Cuando caí me sorprendí, tanto que casi me da un infarto y rápidamente le hice otra reverencia.

-Mil perdones por no reconocerle, su divinidad- dije

Otra vez ser rió y me dijo que no le hiciera más reverencias, en eso me contó que tenía algo para mí y es que me ofrecía dos cosas: morir y reunirme con mis padres, tío y abuelo o vivir, pero algo cambiado.

-¿Cuán cambiado?- pregunté

Él se rió y me dijo que mi melena sería gris, es decir, que me pondría algunos años de más, pero con el mismo cuerpo que tenía ahora. Solo se notaría que era más viejo por la melena.

-¿Eso es todo?- pregunté
-Ya que modificas algo, ¿podrías quitarme las cicatrices que tengo?- dije

Él se rió y asintió. De repente aquel lugar desapareció de la misma manera en que apareció. Cuando abrí los ojos rápidamente busqué algo con lo que poder mirarme, por suerte uno de los humanos tenía algo que reflejaba, me miré y comprobé que lo que había pasado era verdad. Ya no tenía cicatrices en mi ojo y mi melena era gris.

-Bueno, mejor así que muerto- dije

Tras decir eso salí corriendo hacia donde estaban Leiza y los demás. Al llegar la abracé.

Mi respiración. Se controlo cuando me abrazo.

*te amo shiro*

Me dormi y claro que estaba respirando esta descansando después de ese dolor que pase, me senti segura al lado de el

*me puedes abrazar?*

-Claro, te abrazaré cuantas veces quieras- dije sonriendo

Tras decir eso la volví a abrazar, me sentía muy a gusto así, ella me daba paz y tranquilidad, además de que el poder estar abrazado a ella hacía que todo lo demás no me importara.

-Leiza, te amo tanto- dije

Y hubieramos seguido estando así, de no ser porque Nala los interrumpió, estaba cansada de que hubieran pasado tantas cosas y quería jugar con nosotros, también me dijo que estaba viejo mientras me señalaba la melena.

-Sin duda eres una digna hija de tu padre- dije- Y claro que jugaremos contigo

cuando oi el comentario de nala no pude evitar reírme

jaja, de tal palo tal astilla, no shiro

lo vi y era verdad su melena cambio aunque en realidad me gustaba mucho mas la melena ver que la gris

aun sigues siendo joven para mi

lo mire a los ojos y luego oi a erik diciendo que el tuvo razón desde hace tiempo

-Me alegra que alguien piense que sigo siendo joven- dije
-Oye Erik, no te pases- dije molesto

Ese comentario fue la cúspide para que Erik empezara a reír, a su risa se unieron la de Nala y el resto de mis hijos.

-Sí, todos muy graciosos- dije rollando los ojos
-Anda y regresemos a casa- dije molesto- Ya hemos tenido bastantes emociones por hoy

Tras decir eso empecé a caminar de regreso a la nueva cueva real.

yo vi como los chicos empezaban a caminar pero yo seguí viendo la entrada de las galerías, aparte de que me costaria trabajo agarrar el paso demas queria volver a entrar pues hay estaban todos lo momentos de felicidad...

Aquí estas y así la magia aprese, ven a mi por que te quiero abrazar,
tu tendrás ya todo lo que desees
si en mis brazos hoy estas...

Estaba molesto con los niños y lo iba a comentar con Leiza, cuando me doy cuenta de que no estaba a mi lado, en eso miré para atrás y la vi observando la entrada a la galería de túneles y cantando. En eso me acerqué a ella y la acaricié.

-Mi vida, no te preocupes- dije- Te recuerdo que me conozco estas galerías de arriba a abajo, que la entrada principal esté tapiada no significa que las demás lo estén, mañana si quieres podemos venir aquí, aunque no por esta entrada

lo mire y le regale una sonrisa

gracias, mi joven y guapo león, no dejes que los comentarios de los chicos te afecten, por que tu eres joven, estoy segura que se les pasara aunque debo admitir que me gustaba mas el verde pero mientras te tenga a mi lado no hay inconveniente


le dije y le acaricie la melena 


me puedes a la cueva que aun me siento cansada

-Claro, yo te llevo- dije sonriendo- Tú descansa, no te fuerces

Tras decir eso la cargué y empecé a caminar de regreso, por el camino alcanzamos a los niños, Erik seguía burlándose de mi melena gris y le dirigí una mirada asesina que hizo que se callara de golpe y le advirtió a Nala de que no me siguiera molestando con eso de la melena gris. Al llegar por fin vi el interior, la verdad es que era algo más pequeña que la anterior, pero tenía una roca en el centro que sobresalía, al estilo de la de Pride Lands, y allí fue donde dejé a Leiza. En eso llegaron Keita y Simba, estaban preocupados por nosotros.

-Sentimos haberos preocupado- dije- Pero dejarme deciros que Kawa nos cuidó muy bien, jaja
-Por cierto Simba, lamento que por mi culpa tuvieras que aplazar la reunión de reyes- dije- ¿Y bien?, ¿cuándo será?

Simba se alegró al ver que ya estaba bien, aunque no sabía cómo lo había hecho, en eso se puso a pensar y dijo que la reunión sería dentro de dos días, pero no sería en Grasslands, sino aquí, en Mountain Lands.

-¿Estás seguro de eso?, hay algunos reyes que tardarán más tiempo en llegar- dije

En eso me dijo que no me preocupara, ya que les dijo que se quedaran en Grasslands porque confiaba en que me curara pronto y como se toma cerca de dos días en venir, ahora mismo iba a mandar un mensajero.

-Te ofrezco a Fini- dije

Simba asintió y yo rugí para llamarla, apareció de inmediato, me hizo una reverencia y Simba le contó lo que tenía que hacer, ésta asintió y se marchó volando hacia Grasslands.

-Bueno, vayamos a dormir- dije bostezando

Tras decir eso me eché al lado de Leiza y empecé a cerrar los ojos.

no puedo creer lo que escuche, pensé. bueno al menos no se alejara del reino. solo espero que todo valla a salir bien en estos días. ala mañana siguiente me desperté y deseaba ver el amanecer , pero no podía puesto que debía guardar reposo aunque sarah no me lo haya dicho decidí guardar reposo para, aliviarme mas pronto.

Al día siguiente me desperté y lo primero que hice fue mirar a Leiza y acariciarla.

*-¿Cómo está reina favorita?- pregunté sonriendo*

En eso me di cuenta de que no estaba mirando el amanecer como de costumbre y me extrañó.

*-Que raro que no estes viendo el amanecer, ¿te pasa algo?- dije preocupado*

*buenos dias mi rey, no pero créeme que lo anheló, decidi no moverme mucho puesto que aun no me siento del todo bien, aun me siento un poco debil*

Dije mientras le acaricie su melena tan esponjosa

-Entiendo, aunque a mí me hizo efecto de inmediato y enseguida me encontré en condiciones de correr- dije- Con decirte que llegué a la cueva a la velocidad de la luz, corrí como nunca antes, aunque luego me estampé contra la pared de lo rápido que iba

Tras decir eso me reí, ya que me puse a recordarlo.

-Me alegra verte acariciando mi melena, aunque esta ahora sea gris, jaja- dije- Pero sigue siendo igual y la pobre estaba deseando que la acariciaras

Ese día empezó con bastantes risas, por lo menos para mí, en eso empezaron a despertarse los demás.